Pandemia y su impacto en la Convivencia Escolar | WebClass

La pandemia y su Impacto en la convivencia escolar.

Desafíos para colegios de nuestro país

La pandemia de COVID-19 ha tenido un impacto profundo en todos los aspectos de la vida cotidiana, y la educación no ha sido la excepción. Uno de los aspectos más críticos de la educación que se ha visto afectado es la convivencia escolar. La interacción social entre estudiantes, la relación entre docentes y alumnos, así como el ambiente en el aula, han experimentado cambios significativos debido a la transición hacia la educación en línea y las restricciones sanitarias. En este artículo, analizaremos cómo la pandemia ha afectado la convivencia escolar y exploraremos las limitadas herramientas que se han entregado a los docentes para abordar esta crisis.

El distanciamiento social y la educación a distancia trajeron consigo la pérdida de interacciones sociales en el entorno escolar. Los estudiantes han experimentado sentimientos de soledad y aislamiento al estar separados de sus compañeros y docentes por un tiempo prolongado durante la pandemia. Esta falta de contacto social ha tenido un un impacto negativo en el bienestar emocional y en la construcción de relaciones significativas.

Tanto docentes como estudiantes han enfrentado niveles elevados de estrés y ansiedad debido a la incertidumbre, la adaptación a nuevas tecnologías. Este estrés puede afectar la capacidad de los docentes para mantener un ambiente de aula positivo y apoyar a sus estudiantes emocionalmente.

Humberto Maturana reflexiona respecto de la convivencia escolar así: Educar se constituye en el proceso en el cual el niño, el joven o el adulto convive con el otro y al convivir con el otro se transforma espontáneamente, de manera que su modo de vivir se hace progresivamente más congruente con el otro en el espacio de convivencia”. En ese sentido, es de suma relevancia que tanto el Estado como todas las entidades de la educación se hagan cargo de los efectos que ha tenido la pandemia en ésta área no menos importante que los contenidos académicos.

El año pasado el gobierno impulsó el plan de Reactivación Educativa, para poder subsanar una serie de daños en el sistema educativo por la pandemia. Hace unos días el ministro de Educación, Nicolás Cataldo, señaló que el plan de reactivación del podría durar hasta 10 años y que “vamos a estar en una crisis educativa por mucho tiempo”.

Hace un tiempo, el secretario de Estado abordó en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputadas y Diputados este tema y planteó que el plan de Reactivación Educativa tiene metas establecidas al 2026, en eso añadió que “hemos visto que el sistema hoy tiene dificultades estructurales que son imposibles de seguir dilatando, o no podemos mirar al techo si el objetivo es la recuperación de aprendizajes. No queremos abordar la reactivación mirando hacia atrás, nuestro propósito no es volver a los resultados de 2019 o antes de la pandemia; es más bien cómo pensamos el sistema hacia adelante, con perspectiva de futuro. Los resultados que teníamos antes de la pandemia no eran buenos”. También aseveró que “vamos a estar en una crisis educativa por mucho tiempo, yo creo que eso es evidente. Quien no quiera asumirlo está tapando el sol con un dedo”. Por último, manifestó que “esperamos de aquí a fin de año poder instalar el proyecto de financiamiento, una ley corta para poder enfrentar todas estas situaciones críticas con algunas herramientas y respuestas del sistema que hoy no tenemos” concluyó el jefe de la cartera de educación.

Más allá de eso, no se ha visto ninguna entidad que esté impulsando un programa más específico para subsanar el daño en la convivencia escolar que generó la pandemia en escuelas y colegios a lo largo y ancho del país. La tecnología en el aprendizaje llegó para quedarse y se hace necesario que los establecimientos educacionales avancen con ella y se sirva de sus beneficios para el aprendizaje y también para educar a toda la comunidad sobre la relevancia de una buena y sana convivencia escolar.

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